Paciente: “Siempre estoy irritada”
(Caso real de tratamiento con psicólogo en línea. Modifico algunos datos como su nombre y otros para mantener privacidad)
María, de 31 años y está a cargo de su propia empresa de tamaño pequeño. No tiene hijos y vive sola. Consulta expresando “necesito ayuda, siempre estoy irritada y no se que hacer con varios aspectos de mí vida, las relaciones, la familia, el trabajo…”. Se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico por depresión y ansiedad desde que hace aproximadamente 1 año. Ya había ido anteriormente a psicólogo de corriente psicoanalista que recuerda como que “me ayudo en algunas cosas puntuales pero sentí que nunca profundicé demasiado, o sea el problema lo sigo teniendo, entonces busqué terapia EMDR porque me dijeron que era mejor”.
Cuando un paciente se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico, acordamos sostener el tratamiento en comunicación con su psiquiatra para que pueda ir ajustando la medicación a medida que el tratamiento psicológico va mejorando. La psicología nunca sustituye la psiquiatría sino que trabaja en conjunto porque es así como se obtienen los mejores resultados.
María continúa relatando: “mi vida por lo general siempre fué muy caótica”, destacando la relación con su madre como extremadamente conflictiva y que todas sus relaciones de pareja también han sido muy complicadas. Durante la última relación tuvo un intento de quitarse la vida, que ahora reconoce más que nada como un llamado de atención.
En lo laboral “me siento muy irritada, cualquier cosa que un empleado haga mal me pone totalmente enojada”. Esto le trae dificultades porque reconoce que por eso el ambiente de trabajo es malo, los empleados renuncian y nunca logra trabajar con alguien en quien confiar.
En cuanto a las relaciones de pareja “siempre tuve problemas, peleas, gritos…”
En el caso de María hay cierto patrón o rasgos de comportamiento donde lo caótico está presente a lo largo de su historia de vida y de sus relaciones actuales. Las personas tenemos partes funcionales y emocionales que suelen tener cierta concordancia entre sí, por ejemplo una persona que es calma, generalmente suele serlo en todos los ámbitos, o también pasa con frecuencia que una persona puede ser muy calma en el trabajo y más conflictiva en su hogar. Sin embargo María reconoce que su vida es un caos en todos los ámbitos y que “no logro poder estar en paz”.
Una vez que acordamos trabajar multidisciplinariamente con su psiquiatra, comienzo con la primer fase del tratamiento que consiste en entrenar en herramientas de auto control y auto regulación emocional, para que logre una mejor estabilidad que permita profundizar más en su problema. Esto es bien importante porque muchas veces las personas como María se desbordan mucho al hablar de sus problemas y nunca se logra profundizar, como le pasaba con el terapeuta psicoanalista.
Su mayor preocupación actualmente es en lo laboral, porque piensa que “la relación con mi madre la puedo manejar” y “con mi pareja prefiero mantener cierta distancia y no convivir con él…en casa estoy mejor sola”. Entonces en este momento acordamos el objetivo de abordar sus problemas laborales.
Cuando le pido que me cuente un poco más sobre su problema, expresa que con frecuencia se irrita con sus empleados y su forma de pensar es “si fuera por mí trabajaría sola, porque al final tengo que pedir que hagan algo, lo hacen mal, entonces termino haciéndolo yo…entonces termino trabajando el doble”. Entonces le solicito que me dé un ejemplo real, para poder operativizar su comportamiento y comprenderlo mejor y me responde “tengo un empleado que le pedí que me haga una planilla con los nombres de todos mis clientes y en lugar de hacerla en orden alfabético, estaba toda desordenada…me caliento tanto que termino haciéndolo yo…es como que todos hacen lo mínimo, nadie pone voluntad”. Quiero profundizar más aún y le pregunto si intentó pedirle “de buena manera” que lo haga nuevamente y en forma ordenada y responde “noooo, si siempre es lo mismo, por más que pida lo que necesito siento como si le hablara a la pared, la gente de hoy en día no quiere saber nada”.
Comienzo a notar que tiene un patrón de pensamientos muy rígido e inflexible. Si bien puede ser cierto que algunos empleados no rindan como ella espera, no es cierto que “todos son iguales”, por lo tanto necesito profundizar más aún en el origen de ese pensamiento, como es que lo aprendió, de quién lo copió y donde lo escuchó por primera vez. Quiero analizar junto a María una de sus frases que puede contener una creencia negativa de sí misma y es cuando dice “por más que pida lo que necesito siento como si le hablara a la pared”. Le pido entonces que me cuente cuando recuerda haber experimentado esa sensación de “hablarle a la pared cuando estaba necesitando algo”, procurando ir hacia sus primeros recuerdos. Este es un momento que requiere de mucha conexión y confianza con el terapeuta porque suele suceder que el paciente prefiera “evitar” ir hacia atrás y en el caso de María eso era notorio, al principio cambiaba de tema, hablaba de otras cosas, o expresaba no recordar nada similar en su vida. Entonces comencé con un ejercicio que permite justamente superar estas barreras y que la paciente logre conectar. Comienza a respirar, a sentir y finalmente me dice “con mi madre siempre sentí que le hablaba a la pared…yo de niña lloraba, me sentía mal y lo hacía para ver si me daba atención…ella siempre estaba en sus problemas…no existía para ella”.
Mi hipótesis es que su irritación presente comenzó a originarse en la relación temprana con su madre como una respuesta emocional ante la indiferencia recibida. Para ser más claro, si un niño tiene un problema o malestar primero siente cierto nivel de angustia, entonces pide ayuda a alguno de sus padres y si en lugar de ayuda obtiene indiferencia, esto le hace sentir frustración y abandono, lo que aumenta su malestar generando una perturbación emocional que además de la angustia se suma ahora la irritación. Entonces María aprendió a ser autosuficiente, a “arreglárselas sola”, por eso ahora prefiere hacer todo ella porque “nadie sabe hacer las cosas…es como hablarles a la pared”.
Esa es toda la información que necesitaba para comenzar con la siguiente fase del tratamiento, pero quiero detenerme a mostrar algo aquí bien importante. Si bien la paciente prefirió abordar lo laboral, vemos como sus experiencias familiares condicionan su vida en todos los aspectos, por lo tanto esa sensación de “hablar a la pared” no es algo que tenga que ver con sus empleados solamente, sino con la forma en que ella aprendió a entablar las relaciones. Más adelante cuando abordamos sus relaciones de pareja, expresaba sentir lo mismo.
Lo maravilloso de este abordaje terapéutico es que se logra llegar rápidamente y en profundidad al origen del malestar y es ahí donde debemos buscar para poder sanar y transformar las creencias negativas en cogniciones más adaptativas, flexibles y asertivas. Fué en este momento cuando María se pudo dar cuenta rápidamente de su forma de pensar, del origen de la misma y de lo que necesitábamos hacer en terapia para poder cambiar.
Comenzamos en esta fase a trabajar reprocesando y desensibilizando varios de los eventos de su vida en que sintió que “hablaba a la pared” y rápidamente en pocas sesiones comenzó a notar como la relación con sus empleados cambiaba, y como se sentía más a gusto con su pareja. Para la finalización, luego de 6 meses de tratamiento, su psiquiatra disminuyó la medicación al mínimo para comenzar la retirada, su relación con los empleados había cambiado significativamente, ya convivía con su pareja y aprendió a relacionarse con su madre desde un lugar mucho más sano.